El ecologismo o ambientalismo es un movimiento social y político que apoya y promueve la protección y defensa del medio ambiente. Se trata de un pensamiento muy amplio y variado, que engloba diferentes puntos de vista sobre la defensa del ambiente. Por ejemplo, puede decirse que hay dos corrientes o tipos principales de ecologismo, a saber: el antropocéntrico y el ecocéntrico.
Ecologismo antropocéntrico
Es la postura más generalizada. En pocas palabras, el ecologismo antropocéntrico postula que el ser humano debe velar por la protección del medio ambiente en tanto y en cuanto necesita un entorno natural sano para poder desarrollarse y preservar su propia salud. Así las cosas, la preservación del ambiente se convierte en una necesidad humana más. Este tipo de ecologismo bien podría resumirse en la célebre frase del expresidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt: «La nación que destruye a su suelo se destruye a sí misma».
Ecologismo ecocéntrico
Esta corriente del ecologismo, también conocida como biocentrismo, sigue unos principios centrados en el valor de la naturaleza en sí misma, independientemente de su autoconciencia o de la utilidad que tenga para los seres humanos. Sigue una premisa ética conocida como «igualitarismo biosférico», según el cual todos los seres vivos (e incluso los carentes de vida) tienen el mismo valor intrínseco que los seres humanos.
En términos generales, los antropocentristas les dan prioridad a la preservación de los individuos humanos (o de aquellos seres vivos útiles para los seres humanos). En cambio, los ecocéntricos priorizan la conservación de las especies y entornos naturales como un todo y de forma equitativa, independientemente del destino de algún sujeto o ser vivo considerado individualmente.