Evidentemente, no existe una sola definición de «medio ambiente». De hecho, muchos puristas del lenguaje rechazan el término «medio ambiente» por ser redundante, y exhortan a usar simplemente palabras como «entorno», «medio», «ambiente». En cualquier caso, cuando hablamos de medio ambiente natural nos referimos al sistema formado por los diversos componentes físicos, biológicos y químicos con los que interactuamos los seres vivos. También se puede entender como el espacio en que tal actividad se desarrolla, y, por lo tanto, puede estar compuesto por elementos bióticos (organismos vivos), abióticos (factores ambientales inanimados) y artificiales (los creados por el ser humano).
El término «medio ambiente» se suele usar para hacer referencia no solo al entorno natural, sino también a los elementos sociales y culturales que giran en torno a un conjunto de elementos físicos determinados. Esto cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que, en el mundo en el que vivimos hoy, la actividad de los seres humanos ha afectado, condicionado y remodelado en buena medida los entornos naturales.
Ciertamente, muchos animales también modifican de forma decisiva el ambiente en el que viven, buscando un mejor entorno para su supervivencia. Por ejemplo, los castores construyen presas en los ríos, las termitas y hormigas levantan enormes termiteros y hormigueros, los elefantes crean caminos y pastos… Muchos especialistas consideran que todas estas interacciones son naturales, y que es cuando el ser humano interviene en su entorno que podemos hablar de un ambiente artificial.
Conviene recalcar que no existe una definición universalmente aceptada que nos indique en qué consiste el medio ambiente. Podría decirse que hay tantas definiciones como especialistas e instituciones que se encargan del tema. En todo caso, lo importante es que todos sepamos valorar y respetar nuestro entorno natural, asegurando su preservación de la forma menos intervenida posible. La especie humana depende de la naturaleza tanto como cualquier otro animal, y cualquier deterioro del medio termina afectándonos a nosotros también. Por lo tanto, el objetivo de preservar el medio ambiente resulta tan útil para la humanidad como el de la lucha contra la pobreza o el de alcanzar la justicia y la equidad en nuestras relaciones.